miércoles, 11 de septiembre de 2013

11 de septiembre

YO PISARÉ LAS CALLES NUEVAMENTE
Pablo Milanés

Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.

Yo vendré del desierto calcinante
y saldré de los bosques y los lagos
y evocaré en un cerro de Santiago
a mis hermanos que murieron antes.

Yo unido al que hizo mucho y poco
al que quiere la patria liberada
dispararé de las primeras balas
más temprano que tarde sin reposo
retornarán los libros las canciones
que quemaron las manos asesinas
renacerá mi pueblo de su ruina
y pagarán su culpa los traidores.

Un niño jugará en una alameda
y cantará con sus amigos nuevos
y ese canto será el canto del suelo
a una vida segada en La Moneda.

Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada
y en una hermosa plaza liberada

me detendré a llorar por los ausentes.
 
SANTIAGO DE CHILE
Silvio Rodríguez
 
Allí ame a una mujer terrible
llorando por el humo siempre eterno
de aquella ciudad acorralada
por símbolos de invierno
 
Allí aprendí a quitar con piel el frío
y echar luego mi cuerpo a la llovizna
en manos de la niebla pura y blanca
en calles del enigma
 
Eso no esta muerto
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el gris soldado.
Eso no esta muerto
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el gris soldado.
 
Allí entre los cerros tuve amigos
que entre bombas de humo eran hermanos
allí yo tuve mas de cuatro cosas
que siempre he deseado.
 
Allí nuestra canción se hizo pequeña
entre la multitud desesperada
un poderoso canto de la tierra
era quien mas cantaba.
 
Eso no esta muerto...
 
Hasta allí me siguió como una sombra
el rostro del que ya no se veía
y en el odio me susurro la muerte
que y aparecería.
 
Allí yo tuve un odio, una vergüenza
niños mendigos de la madrugada
y el deseo de cambiar cada puerta
por un saco de balas. 
 
Eso no esta muerto...
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PARA MATAR AL HOMBRE DE LA PAZ
Mario Benedetti

Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama,
porque el hombre de la paz era una fortaleza.

Para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia,
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar mas para seguir matando,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza,

Para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa,
una armada, una hueste, una brigada,
tuvieron que creer que era otro ejercito,
pero el hombre de la paz era tan solo un pueblo
y tenia en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios mas tanques mas rencores
mas bombas mas aviones mas oprobios
porque el hombre de la paz era una fortaleza

Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse siempre a la muerte
matar y matar mas para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad,
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.

(El escritor Mario Benedetti envió este poema escrito en 1983, 
para ser publicado en la revista Punto Final)
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COMPAÑERO PRESIDENTE
Ángel Parra



Un buen día decidiste
caminar junto a tu pueblo
conocerlo y respetarlo
y representarlo entero

En cuántos años de lucha
de consecuencia y desvelo
recorriste de palmo a palmo
desde Arica hasta el estrecho

Siempre quisieron quebrarte
con calumnias y atropellos
y tú caminabas firme
junto a las filas del pueblo

El año setenta justo
sacaste un blanco pañuelo
que iluminó nuestra patria
fue en la Alameda recuerdo

Entregaste a la mujer
al niño al trabajador
un ancho y largo camino
por un mañana mejor

Pero ya desde la sombras
se ocultaba el asesino
te querían de rodillas
y no con el talle erguido

El once muy de mañana
sabiendo lo que pasaba
fuiste el primero en la lucha
con corazón y metralla

Déjame hacerte un poema
bien amado Salvador
déjame gritar tu nombre
desde el Cuzco hasta Bancó

Esto ya no se detiene
ni con represión ni con muerte
son tus últimas palabras
compañero Presidente.