Me ocultas algo que aunque me duela, no te reprocharé.
Sabemos lo que hay, aunque finjamos,
manteniendo la esperanza de cambiar el universo.
Te pedí que cuando desaparecieras
me dijeras al menos adiós,
que la incertidumbre es la mayor condena
para quien necesita de tus palabras para seguir.
Mis caderas lloran por recuperarte.
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