Quería estar loco, así nadie esperaría nada de él, ni siquiera intentar comprenderlo. Su dolor y su infinita tristeza eran sólo suyos y las únicas salidas para no sufrir eran la locura o el sueño perpetuo. Sabía que todavía no había llegado el momento. Cuando llegara, por fin sería libre.
El loco está libre. Y loco...
ResponderEliminar