Poesía, cuentos, series, curiosidades, política, fotografía, cementerios del mundo, religión, festivales de música... todo tiene cabida si me parece interesante y creo que te puede interesar. Gracias por pasar, no te olvides de volver a visitarme pronto.
miércoles, 30 de octubre de 2013
Tíiiiiiiiiiiiiiiia
Vienes de currar cansada, haces la compra, tienes que darle un recado a tu hermana. Llamas a la puerta, te abren y se vuelven a marchar cada uno a sus cosas. Entras, saludas a la niña, preguntas qué va a hacer en Halloween. Vas donde el pequeño, le están cambiando. "Hola", saluda sonriente. Le coges cuando han terminado, te sonríe. Le llevas a la trona, empezáis a jugar. No, si yo me iba, solo tenía que decirte que... Tu hermana desaparece entre mandarinas y minipimers. Vale, no hay problema, hasta mañana. Miras al crío en la trona. Te sonríe más. Vale, ronda de besos y me largo. Te despides de la mayor, absorta en los dibus. Del cuñado. Te despides de la hermana. En diez minutos te paso la cena. Te vas a despedir de él. "No, no", dice el muy capullo. Y se empieza a reír. Que sí, que me voy. ¡Pero no tires eso al suelo! Lo recojo y me voy. "No, no". Se ríe. Me marcho, ya viene mamá con la cena. "No, no". A ver si aprendes a hablar ya. Pero para qué, si me sigues sonriendo y así no hay quien se vaya a su casa. No me mires, mira la cena, ya la tienes. Y él come, pero también me sonríe. Si vas donde mamá tráeme la olla. Voy donde mi madre. Hola, mamá, ¿los gatos? ¿la olla? ¿Qué hora será ya? Ayúdame, anda, ¿todo bien? De nuevo llamando donde mi hermana. ¿Le he dado el recado entre mandarinas y dibujos animados? Toma, la olla. En cinco minutos te paso la cena. "Hola", se oye al fondo. ¿Cinco minutos? pregunto desde el umbral. "Hola", oigo de nuevo. Para cinco minutos... Él está sonriendo, y me mira con la cara ladeada mientras le asoman los dientecillos y tiene puré hasta en las orejas. "Hola". Hola, Asgard, a ver si aprendes a hablar. Di tía. Tíiiiiiiiiiiiiiia. Mira, mira los dientes, tíiiiiiiiiiiiiiiiiiia.
martes, 22 de octubre de 2013
Reflexiones
Lo que pudo haber sido y no es
1
No me gusta septiembre como tampoco me gusta año nuevo. Primero, porque conlleva que se acabe lo bueno. Segundo, porque es mentira que sea un nuevo comienzo, lo que es, es un recordatorio de que de nuevo, no te has hecho un tatuaje, no has viajado a Petra ni has mandado la colección de cuentos a una editorial. Y por supuesto, no te has vuelto a enamorar.
Solo pasan los días, unos más lentos, otros más rápidos... (sí, lo he escrito bien, ¿acaso el tiempo no es relativo?) y tú sigues con tu lista de propósitos sin despegar el culo del sofá.
Cobardía y pereza son mis apellidos, y al principio tenía su gracia pero es que una no para de cumplir años y como, aquí de nuevo, el tiempo es relativo, para unas cosas me siento muy joven pero para otras, excesivamente mayor. Diría que ojalá pudiera empezar de cero pero, ¿de veras cambiaría algo? ¿estudiaría más? ¿ahorraría más? ¿sería mejor persona?
Es duro afrontar cómo todos tus sueños se van desvaneciendo y cómo al final no eres más que otra oveja anodina.
Pero al fin y al cabo, ¿quién soy yo? ¿soy alguien sin la mirada y los oídos de los demás? ¿se puede llegar a sentir plena una persona sin amor? ¿se puede llegar a ser feliz si no consigues lo que siempre quisiste, o por el contrario siempre habrá un agujero, un vacío que no se colme?
2
Todo lo que los demás han conseguido, lo he perdido en algún punto del camino, no sabría decirte si fui consciente o no, supongo que de algunas cosas fue inevitable porque el dolor desgarró la realidad, pero las otras... ¿en qué momento el deseo dio paso a la despedida? ¿en qué momento perdí los sueños?
3
Resulta que no tengo armas de mujer. No soy femenina, no mantengo el equilibrio ni en unos tacones diminutos y no sé maquillarme más allá del rímel. No tengo esas armas que se supone tenemos, no sé coquetear, ni poner ojitos de cordera, ni moverme al ritmo invisible por el que los hombres babean. Sé escuchar, y dar saltos (allá con mis 100 kgs.) cuando la música me llena.
No sé ser sutil, nunca aprendí, no tengo armas de mujer pero sigo siendo una mujer. Y amo, y río, y bailo dando saltos y escucho, pero si para enamorar tengo que echarme gloss, hacerme la interesante (¿no lo soy, ni siquiera un poquito?) entonces supongo que me quedaré con mis gatos, mis amigos, mi familia, pero sin un hombre que sepa cómo amar a una mujer sin armas de mujer.
No sé ser sutil, nunca aprendí, no tengo armas de mujer pero sigo siendo una mujer. Y amo, y río, y bailo dando saltos y escucho, pero si para enamorar tengo que echarme gloss, hacerme la interesante (¿no lo soy, ni siquiera un poquito?) entonces supongo que me quedaré con mis gatos, mis amigos, mi familia, pero sin un hombre que sepa cómo amar a una mujer sin armas de mujer.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
11 de septiembre
YO PISARÉ LAS CALLES NUEVAMENTE
Pablo Milanés
Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.
Yo vendré del desierto calcinante
y saldré de los bosques y los lagos
y evocaré en un cerro de Santiago
a mis hermanos que murieron antes.
Yo unido al que hizo mucho y poco
al que quiere la patria liberada
dispararé de las primeras balas
más temprano que tarde sin reposo
retornarán los libros las canciones
que quemaron las manos asesinas
renacerá mi pueblo de su ruina
y pagarán su culpa los traidores.
Un niño jugará en una alameda
y cantará con sus amigos nuevos
y ese canto será el canto del suelo
a una vida segada en La Moneda.
Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada
y en una hermosa plaza liberada
Pablo Milanés
Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.
Yo vendré del desierto calcinante
y saldré de los bosques y los lagos
y evocaré en un cerro de Santiago
a mis hermanos que murieron antes.
Yo unido al que hizo mucho y poco
al que quiere la patria liberada
dispararé de las primeras balas
más temprano que tarde sin reposo
retornarán los libros las canciones
que quemaron las manos asesinas
renacerá mi pueblo de su ruina
y pagarán su culpa los traidores.
Un niño jugará en una alameda
y cantará con sus amigos nuevos
y ese canto será el canto del suelo
a una vida segada en La Moneda.
Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.
SANTIAGO DE CHILE
Silvio Rodríguez
Allí ame a una mujer terrible
llorando por el humo siempre eterno
de aquella ciudad acorralada
por símbolos de invierno
Allí aprendí a quitar con piel el frío
y echar luego mi cuerpo a la llovizna
en manos de la niebla pura y blanca
en calles del enigma
Eso no esta muerto
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el gris soldado.
Eso no esta muerto
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el gris soldado.
Allí entre los cerros tuve amigos
que entre bombas de humo eran hermanos
allí yo tuve mas de cuatro cosas
que siempre he deseado.
Allí nuestra canción se hizo pequeña
entre la multitud desesperada
un poderoso canto de la tierra
era quien mas cantaba.
Eso no esta muerto...
Hasta allí me siguió como una sombra
el rostro del que ya no se veía
y en el odio me susurro la muerte
que y aparecería.
Allí yo tuve un odio, una vergüenza
niños mendigos de la madrugada
y el deseo de cambiar cada puerta
por un saco de balas.
Eso no esta muerto...
......................................................................................................
PARA MATAR AL HOMBRE DE LA PAZ
Mario Benedetti
Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama,
porque el hombre de la paz era una fortaleza.
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia,
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar mas para seguir matando,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza,
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa,
una armada, una hueste, una brigada,
tuvieron que creer que era otro ejercito,
pero el hombre de la paz era tan solo un pueblo
y tenia en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios mas tanques mas rencores
mas bombas mas aviones mas oprobios
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse siempre a la muerte
matar y matar mas para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad,
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.
(El escritor Mario Benedetti envió este poema escrito en 1983,
para ser publicado en la revista Punto Final)
......................................................................................................
COMPAÑERO PRESIDENTE
Ángel Parra
Un buen día decidiste
caminar junto a tu pueblo
conocerlo y respetarlo
y representarlo entero
En cuántos años de lucha
de consecuencia y desvelo
recorriste de palmo a palmo
desde Arica hasta el estrecho
Siempre quisieron quebrarte
con calumnias y atropellos
y tú caminabas firme
junto a las filas del pueblo
El año setenta justo
sacaste un blanco pañuelo
que iluminó nuestra patria
fue en la Alameda recuerdo
Entregaste a la mujer
al niño al trabajador
un ancho y largo camino
por un mañana mejor
Pero ya desde la sombras
se ocultaba el asesino
te querían de rodillas
y no con el talle erguido
El once muy de mañana
sabiendo lo que pasaba
fuiste el primero en la lucha
con corazón y metralla
Déjame hacerte un poema
bien amado Salvador
déjame gritar tu nombre
desde el Cuzco hasta Bancó
Esto ya no se detiene
ni con represión ni con muerte
son tus últimas palabras
compañero Presidente.
viernes, 31 de mayo de 2013
BLUR en el Primavera Sound
Fuimos al Primavera Sound 2013 para volver a ver a Blur después de tantos años, esa es la verdad, así que, pese a que estuvimos en dos conciertos más aparte de ese, me temo que no entraba en nuestra agenda ni asistir otros días ni pasar mil horas allí metidas.
Lo bueno que tiene el Forum, que es donde se celebra, es que es enorme y puede dar cabida tranquilamente a las más de cincuenta mil personas que nos hallábamos allí, incluso en los puestos de comida no había excesivas colas, ni en los baños, ni había tampoco que esperar mucho (¡había papel dentro! ¡una chica los limpiaba! Increíble pero cierto… ¡en un festival!).
En fin, pero volvamos a lo que nos interesa. El primer grupo al que nos apetecía escuchar se llaman Local Natives, una banda de Los Ángeles que presentaba su último disco, “Hummingbird”, durante 50 minutos, justo después de Solange (que para el que no lo sepa, es la hermana de Beyoncé). Las canciones, por supuesto, fueron casi todas de ese álbum, pero el tremendo aire que acompañó a Barcelona todo el fin de semana hizo que la acústica fuera malísima, y no me refiero a distorsiones o acoplamientos (como sí pasó en otros) sino a que por mucho que te esforzaras y estuvieras cerca del escenario, aquello sonaba muy, muy bajito. Todo sea dicho, estaría genial poder volver a escucharles en otras condiciones un poco más optimas, porque la esperanza que teníamos de que fuera especial al estar en un escenario relativamente pequeño (Pitchfork) se desvanecieron.
El siguiente, más por casualidad que por otra cosa, fue James Blake, que actuaba en el escenario Primavera, justo pasada la media noche. A ver, las cosas como son, a nosotras nos gustó, todo el escenario y parte del césped y las escaleras de en frente estaban a rebosar, pero algo en tu interior te decía lo que ya sabías, ese chico (tiene 24 años y casi dos metros de altura, esto es puro cotilleo) no pintaba mucho allí, sobre todo porque vale que muchas de sus canciones sonaban electrónicas, pero otras muchas, sonaban a balada pura y dura, y el bajón que pegaba a esas horas de la noche no era quizá lo más recomendado para un festival, aunque sin ser tan radical como aquella vez que invitaron a Marc Parrot al Viñarock y alguien del público le tiró un bocadillo a la cara. A la gente le encantó, a la crítica mucho más, pero había voces discordantes. Entre sus temas estuvieron Never learnt to share, To the last, Limit to your love, Overgrown, y cerró con Retrograde.
Y ahora pasemos a Blur. Como hacía dos años con Pulp, una banda de nuestra adolescencia se reencontraba después de casi diez años, y eso era algo que había que ver, oír y sentir. Y a ser posible, bailar y saltar también. Lo primero, cambio de escenario, cuando Pulp utilizaron el que había usado James Blake hasta ese momento, pero para Blur habilitaron el Heineken, una explanada enorme con una gran noria al lado.
¿Qué ocurrió? Que estaba a la otra punta, así que cuando comenzaban a sonar las primeras notas de Girls & Boys todavía había gente llegando a la carrera para no perdérselos. “Bien” pensamos mientras cantábamos Girls who are boys who like boys to be girls who do boys like they’re girls who do girls like they’“esto promete si empiezan con algo así”.
Siguieron con Popscene, There’s no other way, Beetlebum (ralentizada), Out of Time, Trimm Trabb, Caramel, Coffee & TV, Tender… Tender nos sonó rara, aunque todos la coreáramos al unísono Come on, Come on, Come on, Get through it, Come on, Come on, Come on, Love's the greatest thing… Hay algún crítico que dice que fue por que Graham Cox (sin gafas) se lió. Dio igual, a partir de ahí todo fue a mejor, con los grandes éxitos que la gente conocía sí o sí, tanto si eras fan como si no: Country House, Parklife, End of a Century y This is a low.
Después de una hora y cuarto hubo parón, y algunos se marcharon sin esperar a los bises (que no sé por qué se siguen llamando así, si no repiten ninguna canción y además ya está más que programado de antemano, pero esa es otra historia). La cuestión es que o no les interesaba demasiado Blur, o se precipitaron, porque poco después llegaron con Under the West Way, canción nueva que sacaron especialmente para el reencuentro, seguida de For Tomorrow, The Universal y Song 2 para terminar. ¿Song 2 para terminar? Sí, habéis leído bien, Song 2 para terminar, dejándonos con un subidón después de tanto grito y tanto salto que a ver quién era el guapo que se había quedado frío.
Por cuestiones sentimentales eché de menos To the End, aunque quizá hubieran sido demasiadas las lentas, y me falló que no sonara The Puritain, la otra nueva que me ha conquistado, aunque lo cierto es que rara vez aparece en los set list de esta gira.
Canciones aparte, Graham se dedicó en un momento a dar volteretas por el escenario, Damon Albarn lo intentó con el castellano “La luna” (maravillosa luna llena que nos acompañó e iluminó estupendamente cuando tuvimos que volver todos a la vez por las escaleras, sin peligro de caerte porque te llevaba la marabunta pero con cierto riesgo para los que tengan problemas con las multitudes y los estrechamientos del camino). Alex James continuó con su particular manera de comportarse en un escenario, bien con el bajo, bien con el contrabajo en Tender, es decir, moviendo la cabeza de izquierda a derecha siguiendo el ritmo pero el resto totalmente estático y Dave Rowntree… Dave estaba allí porque lo sabías, pero en pantalla no llegó a salir ni cuatro veces, centrada en Damon. Si no eres fan del grupo te da igual, si lo eres, te parece un poco injusto.
Quizá el concierto en su conjunto flojeara un poco a la mitad, pero en general cumplió las expectativas de todo el público, con mayoría de angloparlantes y con algún que otro español fastidiando al personal porque se estaba contando las batallitas del último fin de semana a grito pelado, pero nada que no se pudiera arreglar con un cambio de sitio.
Y para el que esté interesado con más sobre ellos en Barcelona, os dejo la página donde están recopilando todo el material que les envían los fans referidos a su visita al Primavera Sound:
lunes, 27 de mayo de 2013
#MeEnamoréALoBonzo
"Me
enamoré a lo bonzo, sí. Puse toda la carne en el asador y comencé a
churruscarme poco a poco, pero nada importaba, no fue hasta que ya me sentía
carbonizada perdida cuando me di cuenta. Quemé hasta el último cartucho de mi
vida por estar a tu lado, puse la mano en el fuego, el cuerpo encendido con tu
voz merecía la pena. Pero todos sabemos que quien juega con fuego… y cuando ya
solo quedaron cenizas, volví a renacer cual tópico de ave Fénix y entonces…
entonces… busqué la misma piedra, la volví a colocar en el camino, y ante su
mirada fría y dura, saqué el mechero y comencé con la melena."
Idea sacada del blog de Pintaparada:
martes, 2 de abril de 2013
10 años con José Couso: Investigación y Justicia
Sábado 6 de abrilA las 19h frente a la embajada! Metro Serrano, número 75.
Sábado, 6 de abril, 12.00h., Ateneo c/ Prado, 21
Lunes 8 de abril a las 18 h.
Consejo General de la Abogacía. Paseo de Recoletos, 13
Consejo General de la Abogacía. Paseo de Recoletos, 13
sábado, 26 de enero de 2013
Marwan ANTOLOGÍA
No sé bien lo que pasó
Entonces pudimos haber hecho 2 cosas:
romperlo del todo
o tratar de arreglarlo de una vez.
Hasta aquel momento sólo
habíamos usado la opción equivocada:
tapar las grietas.
No sabíamos cómo tomar ninguno
de los otros dos caminos.
El primero requería
salir de los recintos de la cobardía,
aprender a dar las gracias
-o a odiar sin titubeos-
y repartirse los recuerdos.
El segundo requería
salir de los recintos de la cobardía,
aprender a agradecer,
reconocer la mediocridad que nos amparaba
y poner de acuerdo los recuerdos,sobre todo aquellos que se irían
fabricando a partir de entonces.
No sé bien lo que pasó,si lo logramos,
si salimos de la cobardía por la puerta de entrada
o del amor por la puerta de atrás.
Sólo recuerdo que nunca suele ser como uno espera
y que algunas veces pienso que soy feliz.
Ocho puntos de sutura
1- Siempre acaban volviendo tus ojos a provocar nuevos destrozos, a enseñarme todos los trenes que no podré tomar.
2- Siempre acaban volviendo tus ojos para abrocharme a la impaciencia como 2 botones oscuros.
3- Pero vuelven también tus ojos como dos disparos contra la soledad, para cruzarme por dentro y salir de nuevo en estampida,
4- Siempre acaban volviendo tus ojos para despegarme el corazón del cuerpo, para quitarle el nombre a la heridas, para tirarlas al mar.
5- Siempre acaban volviendo tus ojos, para explicarle a todos que mirar es una cosa y que me mires tú es un verbo diferente.
6- Siempre acaban volviendo tus ojos, tirando todo por el suelo: mi entereza, los portales, el color de los domingos.
7- Siempre acaban volviendo y tengo que sacar bandera blanca y rendirme, recoger mi corazón del suelo,
8- Y me da por pensar, que tal vez esta vez, tus ojos, por fin, esconden un tal vez...
1- Siempre acaban volviendo tus ojos a provocar nuevos destrozos, a enseñarme todos los trenes que no podré tomar.
2- Siempre acaban volviendo tus ojos para abrocharme a la impaciencia como 2 botones oscuros.
3- Pero vuelven también tus ojos como dos disparos contra la soledad, para cruzarme por dentro y salir de nuevo en estampida,
4- Siempre acaban volviendo tus ojos para despegarme el corazón del cuerpo, para quitarle el nombre a la heridas, para tirarlas al mar.
5- Siempre acaban volviendo tus ojos, para explicarle a todos que mirar es una cosa y que me mires tú es un verbo diferente.
6- Siempre acaban volviendo tus ojos, tirando todo por el suelo: mi entereza, los portales, el color de los domingos.
7- Siempre acaban volviendo y tengo que sacar bandera blanca y rendirme, recoger mi corazón del suelo,
8- Y me da por pensar, que tal vez esta vez, tus ojos, por fin, esconden un tal vez...
Consideraciones con respecto al olvido
El olvido es una disciplina sin geometría
es igual que recordar a una chica sin rostro
es como los espejos
que no se acuerdan de sus visitantes
unos segundos después
es una emoción sin nombre
volver a sentir nada.
El olvido es lo contrario a una cama desecha
es el rival de la tarde en que te fotografié desnuda
y es quien convierte tu corazón en una trinchera
y tu memoria en un vertedero de momentos dulces.
El olvido siempre cobra caro el amor
como una novia rencorosa.
Es el precio de haber amado y no haber sabido ganar
cuando apostaste todo a la casilla azul de su mirada.
Es correr en dirección contraria a las caricias
es una habitación con todo cambiado de sitio
pero sin nadie dentro
es la pregunta que llena los bares de gente
y la respuesta que llena los vasos de bocas.
También es el rincón concreto de la tierra que no sé habitar
porque mis mapas miran al pasado
porque tengo cien mil manchas con tu nombre en la memoria.
Sigue persiguiéndome de noche
el mensaje oculto de tus pendientes
tu silueta vista a contraluz
tu risa como una manzana abierta
tu pubis de anémonas sujetado por el sueño
la pura geometría nórdica de tu abdomen
que descendía hasta mí como una noche de verano.
En las estanterías no me caben más recuerdos
ya no hay más sitio para ti.
Acabo de tomar mi decisión:
hoy bajaré al parque y me sentaré
en un banco a esperar que las palomas
caminen alrededor de mi vida
y picoteen hasta que no quede
ni un grano de tu recuerdo.
El olvido es una disciplina sin geometría
es igual que recordar a una chica sin rostro
es como los espejos
que no se acuerdan de sus visitantes
unos segundos después
es una emoción sin nombre
volver a sentir nada.
El olvido es lo contrario a una cama desecha
es el rival de la tarde en que te fotografié desnuda
y es quien convierte tu corazón en una trinchera
y tu memoria en un vertedero de momentos dulces.
El olvido siempre cobra caro el amor
como una novia rencorosa.
Es el precio de haber amado y no haber sabido ganar
cuando apostaste todo a la casilla azul de su mirada.
Es correr en dirección contraria a las caricias
es una habitación con todo cambiado de sitio
pero sin nadie dentro
es la pregunta que llena los bares de gente
y la respuesta que llena los vasos de bocas.
También es el rincón concreto de la tierra que no sé habitar
porque mis mapas miran al pasado
porque tengo cien mil manchas con tu nombre en la memoria.
Sigue persiguiéndome de noche
el mensaje oculto de tus pendientes
tu silueta vista a contraluz
tu risa como una manzana abierta
tu pubis de anémonas sujetado por el sueño
la pura geometría nórdica de tu abdomen
que descendía hasta mí como una noche de verano.
En las estanterías no me caben más recuerdos
ya no hay más sitio para ti.
Acabo de tomar mi decisión:
hoy bajaré al parque y me sentaré
en un banco a esperar que las palomas
caminen alrededor de mi vida
y picoteen hasta que no quede
ni un grano de tu recuerdo.
Entre nosotros
Siete paradas de metro
treinta y cinco minutos
diez calles.
Te llamo
y marco en el teléfono
el número de besos que caben en tu cuerpo.
Siete paradas de metro
treinta y cinco minutos
diez calles.
Te llamo
y marco en el teléfono
el número de besos que caben en tu cuerpo.
La triste historia de tu cuerpo sobre el mío
Todavía me acuerdo de ese verano.
Mi soledad y tu soledad se acostaban juntas
jugaban a pegar trozos, maderas del galeón hundido.
Nos besábamos con verdadero dolor
con la piel en el presente y la cabeza en el pasado
recordando fechas, olvidando promesas
y nos sumergíamos en la noche de las piernas
sorteando el miedo como en una carrera de obstáculos
contra los monstruos del desaliento.
El sudor era una tregua entre cien aёos de guerra,
nos queríamos morir, tan bonitos y tan tristes
como un juguete nuevo en una fábrica abandonada.
Yo tenía 15 y tú 17. No, no eran nuestros aёos
sino nuestros fracasos,
esos episodios que te definen mejor
que cualquier costumbre familiar.
"¡Venga, despierta!" me decías
y yo te miraba en espiral
porque te amaba pero quería salir corriendo.
Mis dedos no sabían ya pronunciar una caricia
sin que surgiera un nuevo temor desde las yemas.
Incapaz de mirar a las decepciones a la cara
volvía de lleno a tu centro, a derramarme, a licuarme,
a llenarte de blanco la oscuridad,
a dejarte pringada la soledad,
a cubrirte con los chorros de mi angustia.
Te metía los dedos bajo la tristeza
y los sacaba mojados de promesas rotas:
tu coёo era una guarida tenue
mi corazón una maquina de hielo.
Así pasó el tiempo,
como un tren de sólo dos pasajeros
camino hacia la desilusión.
Luego nos dimos cuenta de todo,
de que ese verano en realidad fuiste mía
de que mi vida estaba a tu nombre
pero como suele pasar
nos dimos cuenta tarde.
Todavía me acuerdo de ese verano.
Mi soledad y tu soledad se acostaban juntas
jugaban a pegar trozos, maderas del galeón hundido.
Nos besábamos con verdadero dolor
con la piel en el presente y la cabeza en el pasado
recordando fechas, olvidando promesas
y nos sumergíamos en la noche de las piernas
sorteando el miedo como en una carrera de obstáculos
contra los monstruos del desaliento.
El sudor era una tregua entre cien aёos de guerra,
nos queríamos morir, tan bonitos y tan tristes
como un juguete nuevo en una fábrica abandonada.
Yo tenía 15 y tú 17. No, no eran nuestros aёos
sino nuestros fracasos,
esos episodios que te definen mejor
que cualquier costumbre familiar.
"¡Venga, despierta!" me decías
y yo te miraba en espiral
porque te amaba pero quería salir corriendo.
Mis dedos no sabían ya pronunciar una caricia
sin que surgiera un nuevo temor desde las yemas.
Incapaz de mirar a las decepciones a la cara
volvía de lleno a tu centro, a derramarme, a licuarme,
a llenarte de blanco la oscuridad,
a dejarte pringada la soledad,
a cubrirte con los chorros de mi angustia.
Te metía los dedos bajo la tristeza
y los sacaba mojados de promesas rotas:
tu coёo era una guarida tenue
mi corazón una maquina de hielo.
Así pasó el tiempo,
como un tren de sólo dos pasajeros
camino hacia la desilusión.
Luego nos dimos cuenta de todo,
de que ese verano en realidad fuiste mía
de que mi vida estaba a tu nombre
pero como suele pasar
nos dimos cuenta tarde.
Casi
Un álbum de cromos inacabado.
El gol que no marco Pelé.
Una noche de ensueño que acaba sin un te llamaré.
La flor exacta de un cactus.
Mirar el mar a través del cristal.
Que coincidan con el tuyo cuatro de los cinco números de la lotería.
Una playa artificial.
Escribir la palabra todo
y tirar de la cadena para que al final
nos quedara la palabra casi.
En eso consistió nuestra historia.
Un álbum de cromos inacabado.
El gol que no marco Pelé.
Una noche de ensueño que acaba sin un te llamaré.
La flor exacta de un cactus.
Mirar el mar a través del cristal.
Que coincidan con el tuyo cuatro de los cinco números de la lotería.
Una playa artificial.
Escribir la palabra todo
y tirar de la cadena para que al final
nos quedara la palabra casi.
En eso consistió nuestra historia.
Todos sueñan
El mendigo sueña con un billete en su vaso
y el vaso con una boca que lo bese.
Por la acera donde suspira el vaso
pasa un adolescente que sueña con invitar a bailar a Eva
mientras Eva sueña con conocer algún día al futbolista de su carpeta.
Los futbolistas sueñan con poder ir con sus chicas al cine
y la chica del cine que no les dará las entradas
sueña con un fin de semana libre.
El parado que se pasa los sábados y domingos al sol
sueña con un puesto de-lo-que-sea-en-donde-sea
y el inmigrante ecuatoriano que aceptó
ese trabajo insalubre antes que él sueña con tener papeles.
El funcionario que le denegó el permiso de trabajo
sueña con la hora del cigarrillo
y de camino hacia al estanco choca
con un hombre gris que sueña con ser cantante
y que ignora que el cantante sueña
con que le miren sin luz de escenario,
alguien que quiera mirarle dentro.
Tras el concierto su manager
sueña con un contrato millonario.
Y yo sólo sueño con volver a verte.
El mendigo sueña con un billete en su vaso
y el vaso con una boca que lo bese.
Por la acera donde suspira el vaso
pasa un adolescente que sueña con invitar a bailar a Eva
mientras Eva sueña con conocer algún día al futbolista de su carpeta.
Los futbolistas sueñan con poder ir con sus chicas al cine
y la chica del cine que no les dará las entradas
sueña con un fin de semana libre.
El parado que se pasa los sábados y domingos al sol
sueña con un puesto de-lo-que-sea-en-donde-sea
y el inmigrante ecuatoriano que aceptó
ese trabajo insalubre antes que él sueña con tener papeles.
El funcionario que le denegó el permiso de trabajo
sueña con la hora del cigarrillo
y de camino hacia al estanco choca
con un hombre gris que sueña con ser cantante
y que ignora que el cantante sueña
con que le miren sin luz de escenario,
alguien que quiera mirarle dentro.
Tras el concierto su manager
sueña con un contrato millonario.
Y yo sólo sueño con volver a verte.
Poema a la manera de Benjamín Prado
Te abracé y la niebla perdió su nombre.
Crucé tu espalda y se abrieron las jaulas.
Entonces me hablaste, rozaste mi vida, se borraron los cuervos.
Cuando escuché tu nombre se tacharon las espadas.
Tú te llevaste los serruchos
viniste con las manos llenas de parques.
Tú me miraste y el cansancio se dio la vuelta.
Te desabroché la blusa y se cerró la tristeza.
Yo era un hombre cubierto de maleza,
yo era un hombre abrochado al desánimo,
intentaba hacerle esguinces al invierno.
La amargura tejía sus ciudades en mis cuadernos
pero llegaste para hacer sonreír a las cucharas
para tenderle una emboscada a los cuartos vacíos.
Besarte fue zarpar hacia un país sin dudas.
Yo sólo recuerdo la dirección de tu cuerpo.
Soltaste por mi cuarto los pájaros del júbilo
que volaron todos juntos como cien mil toneladas de periódicos.
Tu cara fabrica diques contra la melancolía.
La soledad son cien millones de preguntas.
Tu cintura es la respuesta a todo.
Te abracé y la niebla perdió su nombre.
Crucé tu espalda y se abrieron las jaulas.
Entonces me hablaste, rozaste mi vida, se borraron los cuervos.
Cuando escuché tu nombre se tacharon las espadas.
Tú te llevaste los serruchos
viniste con las manos llenas de parques.
Tú me miraste y el cansancio se dio la vuelta.
Te desabroché la blusa y se cerró la tristeza.
Yo era un hombre cubierto de maleza,
yo era un hombre abrochado al desánimo,
intentaba hacerle esguinces al invierno.
La amargura tejía sus ciudades en mis cuadernos
pero llegaste para hacer sonreír a las cucharas
para tenderle una emboscada a los cuartos vacíos.
Besarte fue zarpar hacia un país sin dudas.
Yo sólo recuerdo la dirección de tu cuerpo.
Soltaste por mi cuarto los pájaros del júbilo
que volaron todos juntos como cien mil toneladas de periódicos.
Tu cara fabrica diques contra la melancolía.
La soledad son cien millones de preguntas.
Tu cintura es la respuesta a todo.
Las cosas que me separaron de ti
Primero
y como motivo principal
fue nuestros corazones de fruta verde
incapaces de ser masticados.
El frío que hacía a tres manzanas de tu vida.
Mi alergia al compromiso, tu alergia a verte sola.
Mis ganas de saber qué películas
estaban en cartelera bajo otras faldas.
Encontrar sólo el recuerdo del recuerdo
del recuerdo de lo que andábamos buscando.
Lo mucho que nos parecíamos a las parejas
a las que no nos gustaría parecernos.
Nuestra forma de no encontrar la forma de hacerlo de otra forma.
No querer que me recordaras como un cabrón
por haberte seguido sin amarte.
Pensar que ya sólo podríamos aspirar a victorias minúsculas.
Nuestra forma de hacer del amor un deporte de riesgo.
Escribo estas líneas
porque nunca fui del todo justo
cuando te culpé de todo a ti.
Primero
y como motivo principal
fue nuestros corazones de fruta verde
incapaces de ser masticados.
El frío que hacía a tres manzanas de tu vida.
Mi alergia al compromiso, tu alergia a verte sola.
Mis ganas de saber qué películas
estaban en cartelera bajo otras faldas.
Encontrar sólo el recuerdo del recuerdo
del recuerdo de lo que andábamos buscando.
Lo mucho que nos parecíamos a las parejas
a las que no nos gustaría parecernos.
Nuestra forma de no encontrar la forma de hacerlo de otra forma.
No querer que me recordaras como un cabrón
por haberte seguido sin amarte.
Pensar que ya sólo podríamos aspirar a victorias minúsculas.
Nuestra forma de hacer del amor un deporte de riesgo.
Escribo estas líneas
porque nunca fui del todo justo
cuando te culpé de todo a ti.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)