martes, 11 de mayo de 2010

Esto no termina, empieza


Porque estoy harta de que siempre salgamos perdiendo los mismos, de que encima me insulten y tenga que tragarme la bilis, de que me vaya a salir una úlcera de la mala leche...

Por eso he vuelto a luchar por lo que creo que es justo y por mis ideales. Obviamente, no serán los mismos para todos, pero mientras nos tratemos con respeto -por favor, cuánta gente ha olvidado lo que es eso- todo irá bien.
Ahora me véis luchando porque los crímenes del franquismo sean juzgados, condenados, y porque los 113.000 desaparecidos sean llorados por sus familiares donde éstos quieran, y no en un mapa borroso de fosas comunes.
Pero esto es sólo el principio.
Quiero luchar por una sanidad pública de calidad, con hospitales con camas y urgencias eficientes; con médicos para todos y especialistas que nos vean antes de los meses de espera a los que malamente nos estamos acostumbrando.

Quiero luchar por una educación pública de calidad, con colegios libres de insignias religiosas, donde no se lleve uniforme para coartar la libertad de los alumnos, donde no falten materiales y ordenadores para todos, y se enseñe la importancia de leer, de escuchar, de dialogar y de comprender. Donde no tengan que ir cargados con los libros y que las familias se arruinen cuando llega septiembre, utilizando lo que hacen en muchos paises, un alquiler del libro correspondiente por curso con una penalización si lo devuelven estropeado.

Quiero luchar por una ley de dependencia que se cumpla en todo el territorio, y que no sea un montón de papeles de despacho en despacho mientras los que más lo necesitan y nos necesitan sufren ante el paso del tiempo.

Quiero luchar por vivir en un país donde la iglesia no se meta en la sociedad, que sus ideales se queden dentro de sus iglesias, donde no tenga que pagar con mis impuestos la visita -non grata- de un personaje exnazi y encubridor de casos de pedofilia.
Quiero luchar por una ley que verdaderamente se ocupe de los animales, donde se pueda abolir por todas las corridas de toros sin que me pongan de excusa estupideces como que es algo de toda la vida; donde los animales no acaben en un vertedero o atropellados en una carretera, sino que se les impongan multas realmente gordas y penas de cárcel a aquellos que valiéndose de su superioridad física -que no moral- abandonan a los animales sin problema, y que ese dinero recaudado se utilice para los animalistas.

Eso es lo que quiero, entre mil cosas que ahora mismo se me olvidan, pero que ya os pondré en conocimiento cuando me golpee.

Espero poder contar con muchos de vosotros. Un beso.




2 comentarios:

  1. Ainara, otro seguidor más, esta vez Antonio (Zaloette)

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  2. Y sí, sinceramente considero que Freud era un reductor de realidades y por lo tanto un simplón

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