martes, 23 de noviembre de 2010

Odisea... la decoración de la biblioteca

Bueno, pues parece que sí que me mudo, y la verdad, va a ser lo que yo llamo una casa minimalista (vamos, que no hay casi de nada) menos la biblioteca, por supuesto. Otros le llaman despacho o la habitación que sobra o lo que sea, pero yo tengo muy claro que será LA BIBLIOTECA.
Para empezar, está situada dentro del salón, lo que me gusta mucho. Para seguir, estará rodeada de estanterías con mis libros ordenados por temática y dentro de esta por orden alfabético (deformación profesional, supongo, pero mucho más fácil de encontrar cualquier cosa, siempre y cuando no se la haya prestado a algunos de mis amigos y estos no me lo hayan devuielto).
Además de las estanterías habrá un escritorio, que ha dado más vueltas por Alcobendas que ningún otro, me acompañó en mi niñez y me ha acompañado por todas las casas, esta no podía ser menos.
De los posters, ya os hablé, pero queda lo que encontré ayer.


Una de las cosas que en principio iba para el pasillo pero que estoy planetando seriamente poner en el estudio es un reloj al estilo de estación (idea copiada de mi amiga Tamara) y que me encantó cuando lo vi. Es más o menos como el de la foto.






Otra cosa, pero de esto no he encontrado foto, son dos sujetalibros de unso gatos leyendo, con sus gafitas y sus lupas. gatos y libros, ¿qué mas puedo pedir? En principio los sujetalibros que buscaba eran como los de esta foto, pero como no los he encontrado... tiempo al tiempo.




















Por último, y como decorativo, la máquina de escribir Underwood que me regalaron de un anticuario mis amigos Alejandra y Eduardo. para mí significa mucho, y le da ese aire perfecto que debería tener toda biblioteca que a mí me guste. Aunque obviamente no se puede está perfecta, la pena es que no tengo ninguna foto de ella y la que pongo se asemeja pero no mucho.


Y para terminar, algo de literatura referido a esto... un poema de Pedro Salinas.





Underwood Girls de Pedro Salinas

Quietas, dormidas están,
las treinta, redondas, blancas.
Entre todas
sostienen el mundo.
Míralas, aquí en su sueño,
como nubes,
redondas, blancas, y dentro
destinos de trueno y rayo,
destinos de lluvia lenta,
de nieve, de viento, signos.
Despiértalas,
con contactos saltarines
de dedos rápidos, leves,
como a músicas antiguas.
Ellas suenan otra música:
fantasías de metal
valses duros, al dictado.
Que se alcen desde siglos
todas iguales, distintas
como las olas del mar
y una gran alma secreta.
Que se crean que es la carta,
la fórmula, como siempre.
Tú alócate
bien los dedos, y las
raptas y las lanzas,
a las treinta, eternas ninfas
contra el gran mundo vacío,
blanco a blanco.
Por fin a la hazaña pura,
sin palabras, sin sentido,
ese, zeda, jota, i...

2 comentarios:

  1. Wow, justo lo que hablábamos en el coche cuando viniste! :P

    Qué envidia nena! (sana, por supuesto :P).

    Me alegro mucho! muaa!

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  2. Gracias preciosa : )
    Ya veremos cómo queda al final, en cuanto esté instalada y todo organizado, os pongo unas foticos, delantes y del después (como en el rosa, jajajajaja)

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