Se llama Sakineh Mohammadi Ashtiani, y probablemente muera lapidad, enterrada hasta la cintura y apedreada con piedras no excesivamente grandes como para que la maten, si no para que primero sufra. ¿El crimen? da igual, nadie se merece morir así. Nadie merece morir.
Amnistía Internacional está montando uina campaña para ver si consigue paralizarlos. Por favor, ayudadles, ayudadla.
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