lunes, 16 de agosto de 2010

Mamá, quiero ser escritora


Todo el mundo tiene un blog, todo el mundo escribe y le gustaría, por qué no, publicar. Quizá es que nacemos con una vena artística y las nuevas tecnologías han conseguido que sea muy fácil que nuestros pensamientos, nuestras ideas, sean leído tanto por el vecino del quinto como por alguien que vive en Buenos Aires.
Tal vez se debe a nuestro afán de dejar algo para la posteridad, o a un egocentrismo que nos hincha cual pavo cada vez que alguien comenta una entrada.
La lucha por ser de los más conocidos y mejor valorados es dura y difícil, sobre todo si no nos dedicamos a algo específico (léase cocina, bricolaje, jardinería, política, ecología...) sino que sólo ponemos unas lineas que reflejan, mal que bien, mas literariamente o no, nuestra cotidianeidad.
Sin embargo, la "verdadera" publicación, la que sale en papel y se vende en librerías, es aún más cruel y más difícil de alcanzar. Ganar algún que otro premio no basta si no es de renombre, y contratar a un agente puede ser la solución siempre y cuando dicho agente considere que para lo que va a luchar merece la pena, y no todos disponen del dinero suficiente para poder costearlo.
Por supuesto, todo sería mucho más fácil si de pequeños hubiéramos deseado ser corrector de pruebas, economistas, dependientes, o camareros. O quizá no.

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