sábado, 28 de agosto de 2010

Mi cuerpo se rebela


Tantas cosas en las que pensar... y sin embargo el horno no está para bollos. El cerebro ha pedido una excedencia visto el percal y ha dicho que se encargue el estómago, pero él está encogidito, encogidito y casi susurra atemorizado que ahora no puede trabajar, que cierra hasta nueva orden.
Así que aquí está el corazón, intentando arreglar el desaguisado que se ha armado aquí dentro. Los pulmones gritan: ¡¡¡¡¡ANARKIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!! y no hacen mas que pedir cigarro tras cigarro.
Y los ojos, baile que te baile, que no quieren marcharse a dormir, sólo les faltaba, con lo bien que se lo pasan tanto despiertos que ya hasta ven como como si estuvieran dentro de una humareda de esas que te ponían a veces en las discotecas y que tenían olor raro... así que se sienten en ambiente, encima.
Bueno, y ya, de las extremidades ni hablo: las piernas, que para qué se van a mover, que ellas sólo lo harán como un "favor especial" si la vegija se lo pide con amabilidad.
Total, que he llegado a la conclusión que nunca me ha gustado ser una esquirola, así que me voy a quedar aquí tumbadita hasta que se percaten que no es la mejor manera de resolver los problemas.

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