La mente siempre ocupada, así no piensas, así no duele, y cuando alguien pregunte, pasa veloz como un rayo sin llegar a interiorizarlo. Obviamente es imprescindible tener varias frases memorizadas para soltarlas al momento apropiado, así como imprescindible también es olvidar su nombre, su espacio, su rincón en tu vida.
No recordar anécdotas, canciones, bailes ni risas. Todo desechado, escondido, sepultado.
Dedicate a leer, a ver la televisión, a charlar, intenta concentrarte en algo aunque al principio cueste.
Si puede ser, haz ejercicio, cánsate, golpea algo para descargar la adrenalina de la frustración y continuar hacia delante.
Nada de tristeza, lloros o lamentaciones. Nada de mensajes, llamadas o cartas. Nada que tenga que ver con él, destiérrale de tu vida. Finge que sonríes, al final lo harás sin darte cuenta.
Con un poco de suerte y si sigues todos estos consejos lograrás desenamorarte en unos pocos meses, será más fácil cuando se marche, y ya estarás preparada para entonces.
Y si vuelve a llamar a tu puerta tendrás que decidir, porque sabes que con solo escucharle todo esto no habrá servido para nada, pero bueno, eso ya está en tu mano.
¿Qué harás?
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