Según la RAE, un laberinto es un lugar formado artificiosamente por calles y encrucijadas, para confundir a quien se adentre en él, de modo que no pueda acertar con la salida. Pero, ¿en realidad queda alguien, niños incluidos, que no sepan lo que es?
arriba, laberinto que Sarah debía cruzar para que Jareth, el rey de los goblins no se quedara con su hermanastro en la película Dentro del laberinto.
Los laberintos siempre han estado en el imaginario colectivo, aparecen en libros, películas, canciones… han sido levantados en iglesias, jardines, templos, palacios, museos, paseos públicos y parques de atracciones con los mas diversos materiales, como piedra, setos, trigo y hasta girasoles, con gran variedad de finalidades a través de la historia. Puede que te gusten porque adentrarte en ellos suponen una aventura, o bien porque en su centro guardan una promesa. Quizá no te guesten porque te de miedo perderte (aunque en ello está la gracia) pero desde luego es inegable que todos los conocemos.
Yo soy una fan de ellos, siempre que hay alguno me gusta visitarlo, e incluso tengo un libro bastante interesante que recomiendo a los que son como yo: Laberinto, historia y mito, y su autor es Marcos Méndez Filesi.
CLASIFICACIONES O TIPOS DE LABERINTOS
Los laberintos de forma cuadrada o rectangular son los más antiguos que existen; la encontramos, como sello, en las tumbas del antiguo Egipto. Los laberintos de forma redonda o circular aparecieron a finales del siglo VII a.C. en Italia; más tarde, los encontramos en las monedas de Cnosos, a finales del siglo III y se cree que eran usadas como mapa del Laberinto de Creta.
Los laberintos se clasifican básicamente en dos grandes grupos "según la relación que existe con el centro y la salida del mismo". El primer grupo de estos laberintos es el laberinto clásico o laberinto univiario: es el que nos hace recorrer, al ingresar en él, todo el espacio para llegar al centro mediante una única vía, camino o sendero; es decir, no nos ofrece la posibilidad de tomar caminos alternativos, no hay bifurcaciones, sino que hay una sola puerta de salida, que es la misma por la que se entra al laberinto. Por el hecho de tener un solo camino o sendero que seguir a medida que avanzamos dentro de él, no nos podemos perder en su interior.
arriba, Varmlands, Saby, Suecia
El segundo grupo de laberintos son los laberintos de mazes (perdederos, laberinto de caminos alternativos) en donde al recorrer el interior del laberinto seguiremos un camino correcto o uno incorrecto, que nos llevará o no a la salida del mismo. Los mazes se comenzaron a utilizar en los jardines de setos en la Inglaterra del siglo XII, ya que eran el lugar propicio para una cita amorosa; luego de allí se extendieron progresivamente por toda Europa, especialmente en Francia e Italia. Son, a mi parecer, los más divertidos e interesantes.
Pero es que además, cada uno de estos dos grandes grupos se dividen a su vez en subcategorías, atendiendo a "la forma en que fue construido el laberinto". Aquí os pongo unos cuantos con sus descripciones:
• Laberinto clásico o cretense: Es un laberinto univiario de forma ovoidal y de diseño muy sencillo.
• Laberinto romano: Laberinto univiario, que en un principio era de forma cuadrada, dividido en cuatro cuadrantes alrededor del centro; más tarde, estaba formado de círculos concéntricos, con la misma subdivisión de cuadrantes o zonas enmarcando el centro del laberinto.
• Laberinto barroco: Es un laberinto del tipo maze que tiene varias "vías muertas" o "caminos sin salida", además de poseer una sola vía correcta para salir de él.
• Laberinto manierista: Laberinto con estructura arboréa, es decir, al final de un corredor encontraremos una bifurcación en Y.
• Laberinto rizoma: Laberinto de ramificaciones infinitas.
• Laberintos medievales: Son laberintos univiarios típicos de los usados en la decoración del suelo de las catedrales. Tienen un diseño complejo.
• Laberintos modernos: Aquel laberinto en donde todos los corredores que lo conforman se interconectan entre sí y no posee caminos o senderos de "circuito cerrado", es decir, aquel corredor que llega de nuevo al mismo punto de partida.
arriba, Laberinto del Amor. Castillo Villandry, Loire, Francia
Una de las historias más conocidas de la mitología tiene que ver con el laberinto de Creta, diseñado por el inventor Dédalo a pedido del rey Minos de Creta para mantener preso a su hijo Minotauro (monstruo mitad hombre, mitad toro), que acabó muerto por Teseo, quien se adentró en los inextricables pasillos dejando una huella de hilo (que le había dado la princesa Ariadna, hermana del monstruo).
Un laberinto tan astutamente tramado no fue jamás visto en el mundo, ni antes ni después, escribe Nathaniel Hawthorne en su libro “Cuentos de laberintos”, en el que relata la historia. No puede haber nada más intrincado, excepto quizá que el cerebro de un hombre como Dédalo, que lo planeó, o el corazón de cualquier hombre común…Aunque no ha sido identificado positivamente ningún sitio en Creta como el laberinto del Minotauro, en Cnosos se encontraron monedas del siglo III antes de Cristo con el símbolo del laberinto en ellas. El formato típico durante este período es un circuito de siete meandros o vías, conocido como el "laberinto clásico".
Otro elemento de la formación del mito del Laberinto puede haber sido que el palacio de Cnosos —la casa del labrys o hacha doble— era un complejo de habitaciones y corredores, y que los invasores atenienses tuvieron dificultad para encontrar y matar al rey cuando lo tomaron.
Un espacio abierto delante del palacio estaba ocupado por una pista de baile con un dibujo laberíntico que servía para guiar a los que bailaban una danza erótica de la primavera.
arriba, Symonds Yat maze, Herefordshire, Inglaterra
El origen de ese dibujo, llamado también laberinto, parece haber sido el laberinto tradicional de arbustos que se utilizaba para atraer a las perdices hacia uno de sus machos, enjaulado en la cerca central, con reclamos de alimento, quejas amorosas y desafíos; y los bailarines imitarían la danza de amor extática y renqueante de las perdices macho, cuyo destino era que el cazador les golpease en la cabeza.
Los ejemplos conocidos más antiguos de los laberintos son pequeños y simples petroglifos que se presume tienen una antigüedad de 3000 años. Se encuentran en numerosos lugares alrededor del mundo, desde Siria hasta Irlanda.
Laberintos “Ciudad de Troya”
A los laberintos ingleses hechos en el césped y que tanto aparecen en la ficción se les llama «ciudad de Troya», y lo mismo a los de Gales: caer-droia. Probablemente los romanos los llamaban así por su Juego de Troya, una danza laberíntica ejecutada por jóvenes aristócratas en honor del antepasado de Augusto, el troyano Eneas. Según Plinio también la bailaban los niños en la campiña italiana.
Los dos diseños principales son el clásico y el medieval y, aunque existen numerosas variaciones, la forma básica es fácilmente reconocible.
El escritor argentino Jorge Luis Borges (del que luego hablaré más en otro apartado), estaba fascinado con el concepto del laberinto y lo utilizó muchas veces en el desarrollo de sus cuentos. El uso literario que este escritor le dio al tema ha inspirado a gran cantidad de otros autores en el mundo, como por ejemplo a Umberto Eco, donde en su novela El nombre de la rosa aparece una biblioteca construida en un laberinto.
arriba, laberinto francés
En los últimos años hubo un resurgimiento del interés por el símbolo del laberinto, lo que ha inspirado un resurgimiento de la construcción notable en el Parque Willen (Milton Keynes), la catedral Grace de San Francisco y el Parque Tapton de Chesterfield.
El significado cultural y la interpretación del laberinto como símbolo es muy rico. En la prehistoria los laberintos dibujados en el piso servían quizá como trampas para los espíritus malevolentes o más probablemente como rutas definidas (coreografías) para danzas rituales. En varias culturas el laberinto también es asociado a ritos de iniciación que implican la superación de alguna prueba.
Durante la época medieval el laberinto teocéntrico simbolizaba el duro camino hasta Dios con una sola entrada (el nacimiento) y un centro claramente definido (Dios).
En el Renacimiento los laberintos pierden el centro: la persona en el laberinto es el centro, un reflejo de las enseñanzas humanistas antropocéntricas.
Por último, hoy los laberintos se mueven a diferentes estratos de la realidad: internet, con sus característicos hipertextos, es un buen ejemplo. También tienen un lugar importante en los juegos de ordenador, como en la serie de Tomb Raider.
arriba, laberinto de la catedral de Chartres
LOS LABERINTOS EN LOS JARDINES
Los laberintos están diseñados para ser un desafío estratégico ya que es un claro ejemplo de los juegos de lógica físicos. A diferencia de un jardín, el cual está creado para relajarse y contemplar la naturaleza, un laberinto es intencionadamente difícil de completar.
A continuación os muestro algunos de los laberintos más complejos, bellos y creativos de todo el mundo:
Plantación Dole
El laberinto más largo del mundo se encuentra en la plantación Dole, perteneciente a la empresa de frutas del mismo nombreen Oahu, Hawai. Consta de 11.400 plantas nativas y tropicales que abarcan un total de 4,82 kilómetros.
Reignac-sur-Indre
Es conocido por ser el laberinto vegetal más grande del mundo. Este laberinto está situado en un campo de girasoles en Francia. La curiosidad es que en invierno cada año se siembra todo el campo, y en primavera, cuando los girasoles crecen, se crea un nuevo laberinto. En el año 1996, el día que el laberinto inauguraba su temporada, más de 85.000 personas intentaron encontrar el camino correcto de esté laberinto.
Cherry Crest
Este laberinto es tan díficil que tiene dos guías dando vueltas por el lugar para ayudar a encontrar el camino a los turistas perdidos. Está creado en un campo de maíz y sus caminos tienen una longitud total de 3,2 kilómetros.
Snakes’n Laders
Este laberinto ofrece un toque creativo en lo que a laberintos se refiere. Michael Blee, un emprendedor diseñador, construyó este laberinto haciendo honor al mítico juego de las serpientes y las escaleras. Cubre 6 hectáreas y los setos miden más de 2 metros y medio de alto.
Davis Mega Laberinto
El laberinto Davis Mega es único ya que cambia completamente de un año a otro. Ya sea un rey con su corona, un dinosaurio o una estrella como veis en la foto.
Longleat
Longleat es clásicamente bello. Más de 16.000 setos cubren las 1,48 hectáreas que forman este laberinto situado en Reino unido. Cerca de 2 kilómetros en caminos e incluso puentes de madera para pasar por encima de caminos forman este laberinto.
Ashcombe
En los famosos jardines de Ashcombe, uno de los más antiguos de Australia, se puede visitar el laberinto de setos que hay en los alrededores. Este laberinto ha ido evolucionando y creciendo a lo largo de sus 30 años de antigüedad.
Castillo Richardson
La granja Richardson tiene un gran número de laberintos hechos en campos de maíz, pero el castillo del típico cuento de hadas es quizá el más singular. En la granja los laberintos también cambian anualmente y aunque el castillo ya no existe, es emocionante verlo.
Laberinto de Hampton Court
El Hampton Court es uno de los laberintos con los setos más antiguos de Gran Bretaña, quizá no tan grande como los demás, pero si sorprendente, teniendo en cuenta que fue construido en el año 1689 y del cual se habla en muchas novelas clásicas. Cientos de miles de personas visitan este laberinto que se creó durante la época de William of Orange.
The Imprint
El Imprint es un homenaje a la mítica historia del laberinto: la forma de pie representa la huella de un Minotauro. Construido en el año 1975 en Gloucester, recibe miles de visitas cada año.
Laberinto de Horta
El parque del laberinto de Horta en Barcelona (a veces denominado también jardines del Laberinto de Horta y donde he estado hace tan sólo quince días gracias a mi amigo Joel que se encargó de hacer de guía) es un jardín histórico en el distrito de Horta-Guinardó de Barcelona, el más antiguo que se conserva en la ciudad. Ubicado en la antigua finca de la familia Desvalls, cerca de la sierra de Collserola, el parque incluye un jardín neoclásico del siglo XVIII y un jardín romántico del siglo XIX.
Jardín el Capricho
El Jardín El Capricho en Madrid, situado al lado de donde trabajo, es un “capricho” de su fundadora, la duquesa de Osuna. El parque es una auténtica obra de arte, con su palacio, casino de baile, laberinto, estanque y embarcadero, jardín de flores… Es uno de los mejores ejemplos de jardín romántico español.
Otros laberintos a tener en cuenta son:
arriba, Hazlehead Park, Aberdeen, Escocia
Los jardines laberínticos de Andre le Notre en Versalles; el de Caboni en la Villa Pisani en Italia; de Stolp; de Boughton Green; de Altjessnitz (construido en 1792, es un laberinto de setos de 50m de planta, siendo el mayor de Alemania cuenta con 200 recorridos posibles para llegar a su centro); el laberinto Vegetal de 1200 m2, compuesto aproximadamente por 5200 plantas, cuya altura es de 1.65 m, obra de Juan Orlando Brizuela, ubicado en la localidad de Belén de Escobar, Provincia de Buenos Aires; el laberinto trojeborg (‘ciudad de Troya’), labrado en una piedra procedente de Visby, Suecia; el laberinto de maiz “Girándula” de diseño celta, dentro de un parque de diversas atracciones y varios laberintos más, de León o el parque Hazlehead, en las afueras de Aberdeen, Escocia, donde se encuentra el laberinto de setos plantados en 1938.
arriba, Villa Pisani, Italia
BORGES Y LOS LABERINTOS
Modelo del laberinto de "El nombre de la Rosa" (1986). Curiosamente, Umberto Ecco homenajeó a Borges en la figura del venerable bibliotecario Jorge de Burgos, además de hacer varias referencias a "La biblioteca de Babel".
Entre los temas recurrentes que Borges menciona en sus historias figuran los laberintos. En uno de sus cuentos, El jardín de senderos que se bifurcan el laberinto en el que transcurre la historia es el tiempo, tal vez el único en el que todas las alternativas son posibles y en el que la búsqueda de una salida conduce a la eternidad. La biblioteca de Babel es otro laberinto, hecho de infinitas galerías hexagonales en el que figuraban todos los libros posibles, con todas las historias, con todos los argumentos, con todos los principios y finales escritos en todos los idiomas y con los libros que tenían todas las formas imaginables, hasta un libro de forma circular cuyas páginas se unían en el centro.
En otro de sus cuentos, Abenjacán el Bojarí, muerto en su laberinto, un hombre cobarde que huía de un tirano valiente construye un laberinto, se hace pasar por el tirano, lo espera y lo mata y finalmente se libera de la persecución que lo habría condenado a vivir huyendo durante toda su vida.
El otro enorme laberinto es el que encuentra Joseph Cartaphilus, el protagonista de Los inmortales, cuando encuentra el río cuyas aguas otorgan la inmortalidad, y se interna en la ciudad demencial que los inmortales habían construido, un enorme edificio lleno de pasillos que no llevan a ninguna parte, con puertas que se abren al vacío y ventanas que dan a un muro y escaleras que terminan en un techo.
Un laberinto más que Borges llega a imaginar se encuentra en su relato breve Los dos reyes y los dos laberintos en el que un rey decide burlarse de su visitante y lo introduce en una construcción en la que el otro se desespera hasta que, penosamente logra salir, y regresa con su ejército, toma prisionero a su descomedido anfitrión, y lo suelta después en el desierto, un laberinto sin murallas, sin senderos que se bifurcan, sin salidas bloqueadas, un enorme espacio abierto y vacío de vida en el que el otro muere de hambre y de sed.
Era una especie de edificio parecido a un anfiteatro, tenía grietas. Seguro que era un edificio alto, porque era mucho más alto que los cipreses y que los hombres, y yo pensaba que si yo tuviera una lupa, si yo tuviera mejor vista, yo podría ver al Minotauro adentro, entonces he tenido esa visión del laberinto. Pero más es un símbolo de estar perplejo, de estar perdido en la vida. Y yo me siento muchas veces perplejo, es decir que yo diré que mi estado continuo es un estado de asombro, ahora estoy asombrado de estar grabando aquí, de estar conversando con usted. En el laberinto hay algo muy curioso, porque la idea de perderse no es rara, pero la idea de un edificio construido para que la gente se pierda, es una idea rara. La idea de construir un edificio de una arquitectura cuyo fin sea que se pierda la gente o que se pierda el lector, es una idea rara, por eso sigo siempre volviendo al laberinto.
En mis cuentos hay muchas formas de laberinto. Hay por ejemplo, laberintos en el espacio y laberintos en el tiempo también. Hay un cuento mío, titulado creo El jardín de los senderos que se bifurcan, en el cual se habla de un laberinto perdido. Esa idea de un laberinto perdido es algo mágico, porque un laberinto es un lugar en el que uno se pierde y no un lugar que se pierde. Por eso la idea de un laberinto que se pierde es doblemente mágica.
Yo creo que en la idea de laberinto, hay una idea de esperanza también, porque si supiéramos que este mundo es un laberinto, entonces nos sentiríamos seguros, pero posiblemente no sea un laberinto, es decir, en el laberinto hay un centro, aunque ese centro sea terrible, sea el Minotauro. En cambio no sabemos si el Universo tiene un centro, posiblemente no sea laberinto, sea simplemente un caos, entonces sí estaríamos perdidos. Pero si hay un centro secreto del mundo, ese centro puede ser demoníaco, puede ser divino, entonces estamos salvados, entonces hay una arquitectura. Pero también creo que hay un deseo del mundo de la perplejidad, de la vida, de encontrar que todo esto es un laberinto, es decir que tiene una forma coherente. Por eso casi podríamos decir que el laberinto es un temor, pero también es una esperanza. Es un temor porque estamos perdidos, pero es una esperanza de que tenga un centro, que tenga un plano, que tenga una arquitectura.
arriba, Cordes sur Ciel, Francia
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ResponderEliminarMuchas gracias, me alegro que te hayan gustado, la verdad es que sería genial poder visitarlos todos, ¿verdad?
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ResponderEliminarMuy muy muy chulo... Te queda la parte del laberinto en el cine, investigar por ahí: no sólo Sarah, también la escena final de El Resplandor, qué agobio, y el rescate que hizo Rowling del tema para H. Potter...
ResponderEliminarajajajajajjajaja venga, te animo a que lo hagas, me parece muy buena idea.
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