Umita. Capítulo 2

-Esto no puede seguir así, no hay justicia en el mundo.- se dijo Umita mirándose al espejo.
No sólo tenía una enorme venda sujetándola y tapándola la nariz, sino que además tenía toda la cara hinchada.
-Si yo fuera como La Novia... - y diciendo esto sus ojos se agrandaron.
Salió por fin del cuarto de baño (algo que agradeció su hermano pequeño que se encaminaba allí con una revista tapada en la mano) y se metió en su habitación, cogió el portatil y se sentó en la cama. Abrió Google y... se quedó en blanco.
-¿Habrá instrucciones sobre cómo convertirse en una super heroína?- se preguntó.
Y como si alguien le quisiera allanar el camino para que su germen de idea se convirtiera en realidad, allí se encontró con una entrada que decía precisamente eso "Cómo convertirse en super heroína". Así que la abrió, la leyó y luego hizo un listado de las cosas que necesitaba antes de comenzar. A saber:
1.- un mote
2.- un traje
3.- un arma

El primer punto lo dejó aparcado hasta que se le ocurriera algo, así que pasó al segundo.
-Tiene que ser pantalón, eso está claro, porque si tengo que dar patadas, saltar a un tren en marcha o desactivar una bomba no quiero que una falda me entorpezca. ¿Qué tal un mono?
Y buscó durante más de cuarenta minutos hasta que por fin lo vio. Tenía que ser suyo. No había talla XXL pero quizá la XL simplemente le valiera.
-Debería perder algo de peso, quizá... pero mejor mañana que tanto buscar me ha dado hambre.
Y le dio un último vistazo a aquel mono de lycra de color rosa chicle Barbie antes de irse a preparar un bocata.
Cogió el pan, el embutido, un cuchillo... lo sostuvo en sus manos, lo pesó, lo olió, lo miró de cerca, de lejos y sonrió. Un cuchillo era un buen arma. Y convencida de haber encontrado el tercer punto de sulistado para convertirse en super heroína, comenzó a cortar el fuet. Bueno, el fuet y casi medio dedo, que con el entusiasmo decidió emular a Geena Davis cortando verdura en la película de Memoria letal pero ella no tenía tanta práctica.

Quizá no fuera buena idea lo del cuchillo, tendría que madurarlo bien, pero que necesitaba un arma era seguro.
Volvió a sonreir acordándose de su futuro "traje de trabajo" y poniendo el bocata en un plato fue directa a hacer el pedido por Internet... [continuará...]